
28 mayo 2011
Dibujar su inicial en los apuntes, los libros, e incluso en tu mano. Sonreír cuando te hablan como si fuera lo más gracioso del mundo y decir ''¿de quién?'' irónicamente a la pregunta ''Te veo diferente ¿te has enamorado?''. Obsesionarte con las llamadas perdidas, su voz, sus mensajes interminables, y las despedidas aun más largas. Creer que su olor ha de formar parte de cualquier molécula de oxígeno que inspires, que sus pupilas y sus iris van a acabar de trastornarte. Y es entonces cuando llegas a la conclusión de que ya estás perdiendo la noción de la cordura básica y de que de forma inconsciente se hace necesario para tu día a día .. Tengo que reconocerlo, creo que he perdido la cabeza por tí.
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