Todas las noches cuando me acuesto, en la oscuridad de mi habitación hay un silencio profundo. Ese silencio en mi cabeza no existe. Mil pensamientos invaden mi mente. Y todos ellos son de un único tema. Tú. Pienso una y otra vez en ti. Repaso cada milímetro de tu cuerpo. Pienso en la última vez que te he visto y recuerdo la última palabra que me dijiste. Sonrío sin darme cuenta, como una niña pequeña. Pienso en ti. Cunado los rayos del sol te iluminan; Tu pelo se aclarece, tus ojos brillan de una manera tan intensa que consiguen dilatar mis pupilas, tus dientes parecen más blancos y tus labios se encuentran irresistibles. Solo con pensarte un escalofrío invade mi cuerpo. Mi corazón se llena al verte. Y es que me pasaría la noche en vela pensando en ti. Pero con suerte o sin ella el sueño consigue apoderarse de mi. Pero no me preocupa. Porque se que te voy a ver en sueños. Y no me equivoco. Cada noche de cada día de cada mes sueño contigo. Da igual donde este, SIEMPRE sueño contigo. Aunque lo intente no consigo dejar de soñar contigo. Parece un hechizo. Tal vez lo sea. Mi corazón esta embrujado por tu amor. No logro olvidarte. Eso es misión imposible. Si es que no se la fórmula para acabar con este conjuro. Pero en realidad, no quiero dejar de soñar contigo. Porque no me gustas, me encantas. Y me da igual todo lo demás. Me siento afortunada por sentirte a cada instante del día, porque cuando no te veo, oigo tu risa y si no, estas en mi cabeza y por si fuera poco todos los días te espero en mis sueños.
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