11 junio 2011

Ayer

Ayer me desperté pensando en ti. No se por cual motivo no desaparecías de mi cabeza. Y pasaban los segundos, minutos y horas y no encontraba la manera de dejar de pensar en ti. Entonces, te vi. Mi corazón latía tan deprisa que no podía controlar mi pulso. Sigo buscando la razón de porqué -te quiero-. Pero me he dado cuenta de que no existe tal razón. Toda la tarde te busque. Y cuando te encontré no me atrevía a mirarte y decirte todo lo que llevo aquí dentro. Y me sentía débil por no tener tus besos, ni tan si quiera tus abrazos. Y cuando vi que te alejabas por aquel camino, sentí que mi alma se iba contigo. Pensé, que no tendría otra oportunidad para decirte que te quiero. Entonces cuando pensaba que todo estaba perdido recibí tu mensaje. (9:46), Si quieres hablar conmigo llámame a las 10:30. Mi corazón volvía a latir pero esta vez con más fuerza. Sentía la necesidad de escuchar su voz. No podía dejar de mirar el reloj pensando en cada minuto que pasaba quedaba menos para escucharte. Y paso el tiempo eternamente... hasta que llego la hora. 10:30, me senté cogí mi móvil y marque tu número, pero no me atrevía a pulsar la tecla -verde-. 10:31, no podía, y en ese mismo instante: Una nueva llamada perdida. De él. Sonreí sin darme cuenta. Me arme de valor y te llame.

No hay comentarios:

Publicar un comentario