Hay días que tengo miedo. Miedo al pensar que te has olvidado completamente de mi y que te tengo perdido para siempre. Pero tengo un presentimiento... Llevo muchas madrugadas soñando que dentro de unos años tendremos una chalet en una pequeña urbanización, con un jardín lleno flores. La típica casa con vallas blancas rodeándola y vecinas encantadoras que te traen dulces de bienvenida. Una vida sencillamente perfecta, en la que todos los domingos me traes el desayuno a la cama y por la tarde hacemos barbacoas con los vecinos de enfrente. Una vida donde tenemos tres hijos, el mayor tiene tus mismos ojos y tu increíble sonrisa. Una vida feliz, una vida junto a ti, ¿que más puedo pedir?

No hay comentarios:
Publicar un comentario